EnglishAlgunos informes indican que la Casa Blanca y el Presidente buscan elevar el salario mínimo federal, llevándolo desde los actuales US$7,25 por hora, a US$10. La Secretaría de Trabajo indica en su sitio web que la decisión no sería universal, dado que “muchas excepciones al salario mínimo se aplican bajo específicas circunstancias a trabajadores con discapacidades, estudiantes de tiempo completo, jóvenes menores de 20 años durante sus primeros 90 días consecutivos de empleo, empleados que reciben propinas y aprendices.”
El salario mínimo es un asunto político complejo, cargado de sentimiento entre los trabajadores con salarios más bajos. Dadas las elecciones de mitad de mandato que el gobierno enfrentará en 2014, no es sorprendente que la Casa Blanca esté comenzando a cambiar su postura ahora.
Los conservadores casi siempre se han mostrado reacios a apoyar aumentos salariales, mientras que para los demócratas el tema constituye un asunto de base. Si la presión política crece demasiado, es inevitable que el Partido Republicano apoye la medida. Dadas las elecciones por venir y el deseo de los republicanos de no solo retener la Cámara Baja, sino tomar también control del Senado, hay una gran posibilidad de que el aumento a US$10 o un compromiso de US$9 por hora sea aprobado.
De todas formas, aumentar el salario mínimo es una mala idea.
Antes de acusar al mensajero de ser un elitista, confesaré que no soy rico y nunca lo he sido. En mi vida, fui muchas veces un trabajador de salario mínimo. Gane US$2,01 por hora al comienzo de la década de los 90’, trabajando como ayudante de camarero y mozo en Phoenix, Arizona; US$3,35 por hora como lavaplatos en San Juan al final de los ‘80; y cero dólares por hora como vendedor puerta a puerta en muchas ocasiones de mi juventud. Incluso, he trabajado el día laboral con un salario mínimo y volteado las hamburguesas en McDonalds, y como asociado en una tienda minorista. He tenido también algunos buenos puestos en los que ganaba mucho más.
Cuando era joven, nunca pretendí que un puesto de salario mínimo fuese una carrera. Incluso un ex profesor mío, auto-proclamado socialista, decía que “los trabajos de salario mínimo son los trabajos que se hacen para descubrir lo que no queremos hacer por el resto de nuestros días”. Las propuestas de un “salario digno” juegan a favor de la idea de hacer del salario mínimo una carrera profesional.
Estas posiciones están diseñadas sobre todo como puestos de trabajo de nivel básico no calificados, y la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos informa que hay una gran cantidad de éstos. De los 3,6 millones de norteamericanos trabajando por un salario mínimo, o incluso menos (atención a las excepciones mencionadas arriba), aproximadamente la mitad son menores de 25 años.
En un artículo publicado en Forbes, William Dunkelberg informa que aumentar el salario mínimo a US$7,25 en 2009, costaba a la economía total 600.000 trabajos de salario mínimo. Y eso era solo con un incremento del 10%.
Elevar el salario mínimo de su actual nivel a US$10 por hora representa un incremento de tres dólares por hora o alrededor del 40%. Si los números de Dunkelberg son correctos, eso costaría 2,4 millones de puestos de trabajo.
Volvamos un poco sobre el razonamiento.
Un estudio de la Texas A&M University informa que un incremento del 10% del salario mínimo resulta en un 25% de reducción del crecimiento de los puestos. Ese es el número que debería preocuparnos. Olvidemos el incremento en el costo de hacer un negocio, el prácticamente automático aumento de precios que paga el consumidor, y el hecho de que ese dinero extra podría ya no servir más que el salario actual, debido a los incrementos de precios que provoca otorgarlo.
Cualquier incremento del salario mínimo es visto como una forma de lograr que los más pobres obtengan una mayor porción en el reparto de la riqueza. Pero, ¿cómo puede un incremento del salario mínimo ayudar a los desempleados si en el futuro, este aumento provoca que haya menos puestos de trabajo?
Hagamos las cuentas.
Si el aumento del 10% en el salario mínimo resulta en un 25% menos de esos puestos de trabajo, ¿podría decirse que un repentino aumento del 40% reduciría el crecimiento de los puestos de trabajo a cero? Si, podría. Entonces, el resultado final del aumento sería la paralización del aumento de los puestos de trabajo en seco, el aumento de los costos de hacer negocios – lo que significa menos beneficios y, entonces, menos ingresos al fisco – y un aumento de los precios al consumidor que devalúa el incremento salarial.
Hay otro impacto, más fino. Un empleado que ha trabajado mucho, eficazmente y que se ha sacrificado para obtener un aumento de diez dólares la hora, se encontrará repentinamente al mismo nivel que los trabajadores nuevos que no poseen experiencia, que no le han dado nada a la compañía. ¿Esperará un nuevo aumento o su moral – y consecuentemente, su productividad – caerá en picada? ¿Cómo impactará eso en la economía?
Y aún hay más. Con 3,6 millones de trabajadores de salario mínimo y por debajo de él, cada dólar que se aumenta del salario (incluidos los beneficios y los impuestos como la seguridad social y Medicare, que equivalen a US$1,35 por dólar del salario) resulta en US$8 mil millones de incremento de costos anuales. (Es decir, 3,6 millones x US$1,35 x 32 horas semanales x 51 semanas al año). En la ecuación, incluí horas por trabajo a tiempo parcial, siendo que muchos trabajadores con salario mínimo trabajan 40 horas a la semana, por lo que mi estimación es incluso un poco conservadora.
Un aumento de US$2,75 por hora, que es lo que haría falta para llegar a un salario mínimo de US$10, podría costar tanto como US$20 mil millones al año al sector privado, que ya está esforzándose demasiado en la economía. ¿Cuántos de ellos simplemente fracasarán, resultando entonces en todavía menos puestos de trabajo? ¿Cómo puede esta situación ayudar a los más pobres?
Si aumentar el salario mínimo hace tanto daño, la cuestión es si reducirlo sería beneficioso. ¿Qué pasaría si redujésemos el salario mínimo a US$5,15 por hora para los nuevos empleados? Revirtiendo la ecuación de más arriba, ¿no ayudaría la medida a ahorrar US$16 mil millones por año y a bajar los costos? ¿Podría una baja en el salario mínimo federal aumentar los puestos de trabajo?
Son preguntas razonables, pero mientras bajar el salario mínimo federal podría adquirir un sentido desde el punto de vista matemático, no hay una forma política de lograrlo.
http://mercatus.org/sites/default/files/unintended-consequences-raising-minimum-wage.pdf